Mikhail (Mijaíl) Viktorovich Popkov nació en una pequeña ciudad de Siberia llamada Angarsk en el año de 1964, esto dentro de la antigua Unión Soviética, es conocido con los apodos de “El Purgador”, “El maniaco de Angarsk” o “El Hombre Lobo”, poco se sabe de él, salvo que está casado con una mujer llamada Elena Popkova y tiene una hija llamada Ekaterina.
Fue oficial de policía activo hasta 1998 en la región de Irkutsk, y se desempeñó como guardia de seguridad en la “Compañía de químicos y petróleo de Angarsk”, antes de ser detenido y pasar a la historia por ser el asesino en serie más prolífico de Rusia y uno de los peores en el mundo.
Los crímenes de Popkov fueron motivados por sospechar que su esposa había cometido adulterio, sus víctimas eran mujeres entre 16 y 40 años, principalmente prostitutas o mujeres jóvenes ebrias, personas que él consideraba inmorales, así como un hombre y un policía.
En la década de los 90’s, Popkov, vestido con su uniforme de policía, atrajo a las víctimas ofreciendo a mujeres que se encontraba por el camino llevarlas a casa, luego sólo “castigaba” a aquellas que aceptaban tomarse una copa con él, las agredió sexualmente para después asesinarlas, utilizando diferentes herramientas, tales como hachas, cuchillos, destornilladores, punzones, garrotes, bates de beisbol y tacos de billar, entre otros; su objetivo, explicó, era “limpiar” las calles de Angarsk de prostitutas.
No obstante, la mayor parte de las mujeres que mató solo habían salido a tomar algo por la noche; entre las víctimas había una profesora y una dependienta de una tienda
Él mismo se describía como un “limpiador” de la ciudad. Los cuerpos aparecían días después, despojados de su ropa y arrojados en medio del bosque, cementerios o en las carreteras. Solo dos mujeres lograron escapar a sus brutales ataques, aunque resultaron gravemente heridas.
Mutiló los cuerpos de manera tan grotesca que los medios rusos atribuyeron los crímenes a un “hombre lobo”.
La policía rusa participó en la búsqueda de un perpetrador cuando se descubrieron mujeres asesinadas por métodos similares. A pesar de las extensas preguntas y testimonios de las víctimas sobrevivientes, Popkov eludió a la policía durante dos décadas.
Los investigadores del caso, descubrieron un patrón, se encontraron huellas de una camioneta Lada 4×4, un vehículo todoterreno utilizado por la policía rusa, en numerosas escenas del crimen, lo que causo que se tomaran muestras de ADN a más de 3500 policías, jubilados y activos.
Sus pruebas de ADN junto con las de los cuerpos, fueron vinculadas a los restos de ADN recogidos dentro del Jeep Niva de Popkov.
Al momento de su detención en 2012, se creía que había dejado de violar y asesinar en torno al año 2000, aunque nunca se descartó que hubiera víctimas posteriores.
Mijaíl Popkov tenía “una necesidad patológica de matar a gente”, explicó la oficina de la fiscalía en un comunicado. El ex policía apareció en el tribunal vestido con el uniforme de la prisión y la cabeza gacha, según las imágenes de la televisión rusa.
En enero de 2015, fue sentenciado a cadena perpetua por 22 asesinatos y dos intentos de asesinato, dos años después, confesó 59 asesinatos adicionales, un recuento total de víctimas arroja un total de 83, que supera en número a las de los asesinos en serie rusos Andrei Chikatilo “el carnicero de Rostov” y Alexander Pichushkin “el asesino del ajedrez”.
El 10 de diciembre de 2018, Mikhail (Mijaíl) Viktorovich Popkov, fue condenado a 2 cadenas perpetuas y enviado a una prisión, apodada “Delfín Negro”, situada cerca de la frontera con Kazajistán donde pasara el resto de sus días.