Estos son los gwishin que habitan en el agua, personas que se ahogaron en vida, y que ahora esperan pacientemente en lagos, estanques, etc.
A la espera de alguien que les haga compañía, se cuenta que son espíritus agresivos que pueden acabar con la vida de bañistas y navegantes para conseguir así dejar de estar solos.
Por lo general los toman de los pies y los arrastran hacia las profundidades, donde mueren por la falta de oxígeno.
En Corea se cuenta una vieja leyenda sobre un Mul gwishin en especial, como sabemos los Muy gwishin son fantasmas de agua, y estos murieron cerca de un lugar con agua ahogados en ella, de manera que nunca podrán abandonar las cristalinas aguas, que, si bien a nosotros los vivos nos dan paz, a ellos por el contrario les da dolor y sufrimiento por la constante soledad.
Esta leyenda trata de una joven de apenas 23 años, una chica con sueños y por supuesto esperanzas, fue brutalmente torturada cerca de un río, para después ser asesinada en el fondo del mismo, las autoridades al encontrar su cuerpo decidieron darle los honores que se requieren durante un velorio.
Sin embargo, el alma de la chica no estaría contenta con aquello, pues ella deseaba justicia, ya que con anterioridad ella había comentado varias veces que estaba siendo acosada por» alguien», pero nunca se hizo nada por ayudarla.
A los días siguientes las personas que iban a lavar su ropa al río de la pequeña comunidad se sorprendían al encontrar piedras apiladas, pero ninguno prestó atención, puesto que pensaban que los familiares de la chica las colocaban en su honor, con fines de purificar su alma, y que sus oraciones llegarán al cielo, sin embargo, estaban muy equivocados.
Días después encontraron animales ahogados y en sus miradas se podía distinguir lo aterrorizado que habían estado. Después de aquello se dieron cuenta que los animales no querían beber o acercarse al río, preferían morir de sed.
La gente comenzó a molestarse porque sus animales aparecían muertos
Cansados de encontrar las piedras apiladas alrededor del río, comenzaron a derribarlas, pues según ellos un par de torres eran suficientes para homenajear a la chica, pero cometieron un error.
Una noche un grupo de tres ebrios se acercaron al río, dos de ellos huyeron despavoridos al ver lo que ocurría, el tercero se quedó inmóvil viendo lo que pasaba. Cuando los aldeanos fueron a buscarlo, lo único que encontraron fue su cuerpo ahogado y una vez más las torres de piedras, pero una de las sobre el cuerpo del hombre.
Más asesinatos ocurrieron, la mayoría de las víctimas eran hombres, por lo cual se les prohibió acercarse al río, pero la joven Mul gwishin no se quedaría sola y mucho menos con los brazos cruzados, pues lo que no sabían los aldeanos es que Mul gwishin tenía la capacidad de viajar a través del agua.
Así que esta aterrorizaba a los aldeanos en cualquier lugar con agua, incluso en el agua que bebían, era común encontrar mechones de cabello negro y el reflejo del agua les recordaba su rostro y su aroma, un aroma a muerte.
Primero acabó con los culpables de su muerte, aquellos que la habían torturado y ahogado, después siguió con el resto del pueblo ya que tenía demasiado rencor y maldad acumulada como para perdonar.
Así fue como acabo con cada aldeano y juro terminar con la desendencia de cada uno de ellos, por supuesto esto no ocurrió de la noche a la mañana, a los niños los dejaba crecer y tener familia mientras los torturaba y jugaba con sus mentes, hasta llevarlos a la locura para después ahogarlos, aunque muchos optaron por quitarse la vida al no soportar la tortura.
La leyenda cuenta que en las aguas de aquel río se almacenan las almas de aquellos que atacaron a la joven, y estas le hacen compañía en su soledad. Más tarde se habló de histeria colectiva, otros dicen que es un yacimiento de mercurio el cual ocasionó las muertes mientras eran envenenados por esta sustancia.
Solo en aquellos tiempos donde las espadas y reyes mandaban, sabrían lo que ocurrió, de lo único que estamos seguros, es de que las torres de piedra perduran en muchos pueblos y lugares de entierros.