Un nosocomio es un establecimiento destinado para la atención y asistencia de enfermos por medio de personal médico que ahí labora. Dentro de ellos se atiende a pacientes con afectaciones que irán de simples a muy graves y algunas veces terminales, debido a todo esto es de esperar que estos lugares se asocien con sentimientos de dolor e incluso la muerte.
Eulalia trabajaba como enfermera del Hospital Juárez, era una chica muy guapa, rubia, de ojos claros que siempre demostró gran profesionalismo y amor por su trabajo; profesaba una dedicación que a veces iba más allá del mero deber y ni hablar de su inigualable apariencia siempre muy limpia y con el uniforme perfectamente planchado.
Un día, se presentó un nuevo médico que ingresó al cuerpo de personal, Eulalia al verlo quedó inmediatamente enamorada y a partir de ese momento no descansó hasta conquistarlo y hacerlo su novio, a pesar de fuertes rumores respecto a las costumbres que tenía este doctor de coquetear con otras enfermeras.
Sin hacer caso a estos rumores, Eulalia se sentía la mujer más dichosa del mundo y al paso de un tiempo el doctor termino pidiéndole matrimonio. Antes de la boda, el doctor debía partir a un seminario de 15 días, prometiéndole que a su regreso se casarían.
A los pocos días de la partida del doctor y como es de esperar, los rumores corren rápido; un enfermero se acercó a ella para confesarle algo que ya todos en el hospital sabían; el doctor había renunciado a su cargo y en realidad partido con su ahora esposa de Luna de Miel.
Eulalia quedo con el corazón roto y a partir de ese momento, jamás volvió a ser la misma, su carácter cambió radicalmente, malhumorada y llena de amargura atendía con desprecio e indiferencia a los enfermos a su cargo, al grado de cometer gravísimas negligencias
Con el paso del tiempo, ella también cayó enferma, lo que le sirvió para arrepentirse del mal trato que por décadas dio a los pacientes y en lo profundo de su soledad, la reflexión le ablandó el corazón, sintió un arrepentimiento terrible que no la dejaba tranquila y falleció con el profundo anhelo de enmendar de alguna forma los errores que en vida cometió.
Tras la muerte de Eulalia, surgieron cientos de testimonios de pacientes en el hospital, quienes dijeron haber sido atendidos por una enfermera vestida con su atuendo blanco, perfectamente planchado y almidonado que presenta los rasgos inconfundibles de esta mujer.
Ella es muy amable en su trato, de igual forma se dirige al familiar del enfermo para decirle que todo está bajo control y aprovecha esos momentos para contarles su historia con aquel doctor.
Normalmente los testimonios de los pacientes son confusos porque suele atender a los enfermos por las noches, cuando duermen y han sido descuidados por las enfermeras en turno.
A la mañana siguiente, cuando los pacientes o familiares preguntan dónde y cómo está la atenta y guapa enfermera que labora en horario nocturno, personal del hospital tienen que decirles la verdad, que han sido víctimas de la leyenda de La Planchada.
El personal del hospital también la ha visto entrar o salir de las habitaciones de los pacientes e incluso algunos de ellos afirman que Eulalia los ha despertado cuando el sueño los vence, con un leve roce de su fantasmagórica mano en el hombro de los infortunados.
¿Te atreverías a pasar una noche en el Hospital Juárez?