Lo diferente siempre ha sido motivo de fascinación, obsesión y morbo, a menudo causa en el observador una entre mezcla de sentimientos ya sean inclinados al placer o desagrado, pero existe una pequeña parte de la población, capaz de llevar estos sentimientos a niveles que pocos pueden imaginar.
Todo comienza aquí, en 1798 con este sujeto que vez en pantalla; Gerardus Vrolik quien fue un fue profesor de anatomía y botánica en el Athenaeum Illustre, ahora la Universidad de Ámsterdam, este nombramiento más tarde lo convertiría en director del Hortus Botanicus y en uno de los seis miembros de “Los Químicos Holandeses” una sociedad que llevó a cabo importantes… por no decir secretas investigaciones de química a finales del siglo XVIII.
El profesor Vrolik en ese mismo año, fue puesto a cargo de la sala de partos del Binnengasthuis en Ámsterdam, así se convirtió en el primer profesor de obstetricia con su propio departamento clínico, hecho que le facilitaría enormemente iniciar con su extraño propósito.
Ya en el hospital, se dedicó a juntar una enorme y mórbida colección privada, basada en la teratología, que es el estudio de las deformidades humanas.
Más adelante yo con la llegada de su hijo, Willem Vrolik quien de igual forma seguiría los eminentes pasos del profesor Vrolik, atraído por las mismas y mórbidas fascinaciones hacia las malformaciones humanas, ayudaría a su padre a recolectar y ampliar dicha colección.
Junto con los especímenes recolectados por su padre, había acumulado una impresionante colección anatómica durante su carrera, más de 2000 especímenes que presentan extrañas y escalofriantes deformidades del cuerpo, esta colección cuenta con paredes, anaqueles y mesas repletas de recipientes con especímenes patológicos, embriones anómalos, cráneos extraños, huesos con severas deformidades, partes del cuerpo humano y otras anormalidades anatómicas.
Sus estudios y obsesión por las deformidades, llevó a Willem Vrolik a publicar extensos trabajos teratológicos, donde habla de anormalidades como la ciclopía, patogénesis de anomalías congénitas, un tratado sobre gemelos unidos y un manual de anatomía patológica, este último con láminas ilustrativas.
La imponente colección personal de especímenes recopilada por Willem Vrolik, se basó en la iniciada por su padre, lo que resultó en varios miles de artículos abandonados después de la muerte de Willem Vrolik en 1863.
Seis años más tarde, esta colección fue adquirida por un grupo de ciudadanos holandeses y se ofreció a la municipalidad de Ámsterdam para ser colocada en una institución llamada Ateneo Ilustre.
Posteriormente se han agregado otras colecciones anatómicas al museo a lo largo de los años, incluida una colección de patología ósea, una colección dental y varios especímenes de animales, así llegado a ser la más mórbida, completa e impresionante colección llegando a la imponente suma de 20,000 objetos.
Sin duda en el cuerpo humano estas anormalidades se destacan, al menos en términos fisonómicos ya que todo aquello que sobresale marcadamente del plano corporal habitual para la cada especie, resulta muy notorio ya que somos seres compuestos por generalidades.
Nos guste aceptarlo o no, las particularidades anatómicas que se presentan solamente en una pequeña fracción de la población despiertan nuestro más mórbido interés.